Buenos días, ¿qué tal la semana?
Yo el martes empecé mi último
cuatrimestre de carrera y no sé si eso de ir mañana y tarde a la
universidad no va a acabar conmigo. Sólo son tres días, pero ir y
volver, ir y volver andando se nota. Aunque con todo el ejercicio que
estoy haciendo puedo comer más dulces jajajaj hay que ver el lado
positivo.
Con estas galletas tengo una relación
un poco amor odio y no sabía si publicarlas o no. De hecho se las
hice a mi hermana y a su novio para que se las llevaran a Vitoria en
el puente de Diciembre.
Tenía muchas ganas de poner esta
entrada en el blog por varias razones: son las recetas del día de mi
cumpleaños (el 5 de abril), no me contenté con una receta e hice
cuatro y porque salvo los cupcakes el resto son los postres, o los
intentos, que he comido toda mi vida en casa de mi abuela.
Así que esta entrada va dedicada a
ella, porque hace los postres como nadie, porque ha sido la única
que ha hecho que me coma el arroz o el pescado a gusto y porque por la
distancia no le veo lo suficiente. Así que si alguno de mis tíos
lee la entrada, más les vale que sí, enseñársela a la abuela :)
Las recetas son muy sencillitas y aunque
he intentado seguir todos los pasos no me han quedado igual que a
ella, pero se ha hecho lo que se ha podido.
Para empezar rulo de chocolate y
galletas (también conocido por internet como salami dulce),
morcillas reventadas (en casa siempre las hemos llamado así y no sé
de quien fue la idea supongo que de alguno de mis primos mayores
aunque por algún lado he leído que también se les llaman rocas) y
para terminar con los dulces de mi abuela yemas. Yo nunca las he
visto fuera de casa de mi abuela, pero hay gente que me han dicho que
en algunas zonas de España son conocidas.
Y como no, cupcakes. En este caso
cupcakes de leche con colacao y galletas María. Creo que fueron los
primeros cupcakes que cambie la receta y no los hice igual que Alma.