Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?
Yo estoy con un buen resfriado otoñal. El fin de semana pasada estuve mala con un virus y este me ha tocado el resfriado.
Cuando era pequeña, según mi madre, siempre me ponía mala el viernes al salir del colegio y me recuperaba por arte de magia el domingo por la tarde así que les dejaba sin planes para el fin de semana. El fin de semana pasado fue así, me levanté el sábado ya mala, pero el domingo por la tarde ya estaba mucho mejor aunque parece que en esta ocasión los mocos no me van a abandonar tan fácilmente, con lo divertido que es hacer pan estornudar cada cinco minutos y tener que lavarte las manos después.
No sé si habéis visto un programa que han puesto en Netflix de cocina, creo que la traducción que han hecho es "Todos a la mesa". Es un concurso de cocina donde todos son cocineros profesionales, algunos con estrella Michelín, donde no hay un premio metálico, sino el reconocimiento de haber ganado el concurso. No es un concurso donde se aprenden recetas o técnicas nuevas, pero a mi me tiene completamente enganchada y es que aunque no me veo estudiando cocina me apasiona ver cómo crean los platos, quien sabe quizás acabe haciendo las prácticas de pastelería en la partida de pastelería de un restaurante. Pero lo que me llama la atención del concurso y sabiendo que son cocineros experimentados es cómo prueban la comida con la cuchara y después de metérsela en la boca la vuelven a meter en la cazuela. Con lo maniática que soy para esas cosas. Aunque mejor no saber lo que pasa en los restaurantes a los que solemos ir, mejor vivir en la ignorancia.
La receta que os traigo hoy la preparé para hacer unos semifríos para clase y la masa que me sobró me la lleve a casa para hacer estas galletas así que no os puedo decir para cuantas galletas sale, lo que sí que os puedo asegurar es que salen unas galletas de lo más ricas.
Ingredientes
- 60 g de harina
- 45 g de mantequilla
- 1 cucharada de miel
- 2 cucharadas de azúcar mascabado o panela
- Mezclamos todos los ingredientes y amasamos hasta tener una masa homogénea.
- Aplastamos ligeramente la masa y metemos en la nevera al menos una hora.
- Precalentamos el horno a 170º.
- Cogemos porciones de la masa, formamos una bola y colocamos sobre una bandeja de horno con papel vegetal.
- Aplastamos un poco con la ayuda de un vaso para que nos queden lo más uniformes posible.
- Es importante dejar bastante espacio entre ellas porque se expanden.
- Horneamos unos 12 minutos, hasta que estén ligeramente doradas.
- Dejamos enfriar en la bandeja por completo ya que son bastante frágiles.
Feliz semana :)
3 comments
¡Hola Marta! Pues con tan poquitos ingredientes salen unas galletas muy ricas seguro... me encanta la miel.. le da un gustito muy bueno a las galletas y a todo en general... Espero que te recuperes pronto... un beso
ResponderEliminar¡¡Hola Marta!! Me gustan las galletas que son frágiles, no así las que son muy duras y secas. Y es que con tan poquitos ingredientes, y varios untuosos, como la miel y la mantequilla, sólo pueden salir unas galletas riquísimas, como las que nos traes hoy. Además, la miel es muy buena para los resfriados, así que te mejores. Besitos.
ResponderEliminarÁnimo con ese resfriado. Con este tiempo, cuando se cogen es difícil soltarlos.
ResponderEliminarNo conozco ese programa, con la niña, el trabajo, el embarazo y la casa es complicado ver nada, pero ya vendrán tiempos mejores.
Las galletas tienen muy buena pinta ¡Besos mil!
Ya sabéis la ilusión que hacen lo mensajes y yo no iba a ser menos.
Me encanta leer vuestros comentarios y siempre que pueda los contestaré.
¡Muchas gracias por pasaros y comentar!
Un beso :)
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.