Buenos días, ¿qué ha ido la semana?
Yo he continuado
peleándome con el blog.
El lunes puede que
vierais alguna cosa rara, pero ya ha vuelto a la normalidad y a la
normalidad de siempre porque no he sido capaz de hacer lo que quería
porque resulta que hay varias cosas que llevo haciendo mal desde el
principio de los tiempos, y eso que "sólo" llevo 5 años
con el blog.
Así que nada me toca
seguir investigando sobre el tema y ver si se puede solucionar de una
manera más o menos rápida, si tengo que emplear mil horas en
arreglarlo o si simplemente es más sencillo dejar todo como está.
Porque claro todo esto
hay que compaginarlo con el trabajo que parece que el caos y el estrés
no pasan y no se terminan de solucionar las cosas. Aunque parece que
con esto de la cuarentena quizás tenga más tiempo para dedicarle al
blog.
Como ya sabéis yo trabajo
en una panadería degustación así que de momento seguimos abiertas
aunque los cafés los ponemos para llevar, la cosa es que no sabemos
si vamos a seguir con el horario de siempre o acabaran reduciendo
horas o qué y yo he sido la última en entrar y la que menos horas
tiene... Pero mejor no hablar del tema que estos días vamos a acabar
saturados del virus este.
Yo estos días estoy
intentando entrar menos a las redes sociales porque al final me
acababa saturando y agobiando así que estoy aprovechando para hacer
nuevas recetas, menos mal que mi hermana es profesora de zumba porque
nos vamos a tener que poner a hacer alguna clase en casa para quemar
todo y no atrofiarnos.
Además tenemos una
misión, ordenar el camarote y el trastero. Cuando nos mudamos a
Lanzarote, y estamos hablando de que esto pasó hace casi 12 años,
todas las cosas que no nos llevamos las subimos al camarote y al
trastero y desde entonces no hemos hecho limpieza. Aunque viendo cómo
están no sé yo si con dos semanas vamos a tener suficiente.
Las galletas que os
traigo hoy no es una receta nueva nueva. Ya las había hecho alguna
vez, sino la misma receta una muy parecida, pero por aquel entonces
no me terminaron de convencer. También es cierto que por aquel
entonces tomaba mucha más azúcar que ahora así que no me parecían
lo suficientemente dulces. La textura no es de galletas, son más
blanditas, un poco chiclosas por esto a mi me gusta hacer pocas
cantidades porque me gustan recién hechas, cuando pasan un par de
días no me saben tan ricas. Además se ponen malas antes que una
galleta tradicional.
Ingredientes
- 2 plátanos (230g) bien maduros. Cuanto más maduros estén más dulces estarán las galletas.
- 150 g de harina
- 80 g de copos de avena
- 80 g de chips de chocolate
- 35 ml de bebida vegetal sin azúcar (yo ahora estoy usando la de almendras de Kaiku)
- 1/2 cucharadita de levadura
- Precalentamos el horno a 180º.
- En un bol machacamos los plátanos. Podéis dejar algún trozo un poco más grande.
- Añadimos la bebida vegetal.
- Incorporamos los copos de avena, la harina y la levadura.
- Por último añadimos los chips de chocolate y mezclamos bien para que estos se repartan por toda la masa.
- Hacemos bolitas, aplastamos ligeramente y colocamos en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.
- Horneamos 15 minutos más o menos. Hasta que hayan cogido un poco de color.
- Conservamos en un recipiente hermético. Como os he dicho no aguantan mucho tiempo.
Feliz semana :)
1 comments
¡¡Hola Marta!! Dada tu constancia, al final arreglarás el blog como quieres, seguro.
ResponderEliminarLas galletas se ven muy ricas, al llevar plátano maduro le da el dulzor justo, y los chips de chips de chocolate negro, aunque sea negro, también te da la sensación de que endulzan. Son una delicia. Besitos.
Ya sabéis la ilusión que hacen lo mensajes y yo no iba a ser menos.
Me encanta leer vuestros comentarios y siempre que pueda los contestaré.
¡Muchas gracias por pasaros y comentar!
Un beso :)
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.